domingo, 21 de septiembre de 2014

La influencia del cristiano: sal y luz / John R. W. Stott

La influencia del cristiano: sal y luz / John R. W. Stott

El SERMON DEL MONTE
Contracultura cristiana


Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.

Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. 

Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

Mateo 5.13-16

Si las bienaventuranzas describen el carácter esencial de los discípulos de Jesús, las metáforas de la sal y la luz indican su influencia bienhechora en el mundo.

Aun la mera noción de que los cristianos pueden ejercer una influencia saludable en el mundo debería llevarnos al punto de partida. ¿Qué posible influencia podrían ejercer las personas descritas en las bienaventuranzas en un mundo tan duro y resistente como el nuestro? ¿Qué bien perdurable pueden hacer los pobres y los mansos, los que lloran y los misericordiosos, y los que buscan hacer la paz y no la guerra? ¿No los hundirían simplemente las enormes olas del mal? ¿Qué pueden lograr aquellos cuya sola pasión es un apetito de justicia, y cuya única arma es la pureza de corazón? ¿No son tales personas demasiado débiles para llevar a cabo algo, especialmente si constituyen una pequeña minoría en el mundo?

Es evidente que Jesús no compartió este escepticismo. Más bien» pensó lo contrario. El mundo indudablemente perseguirá a la iglesia  (10-12); pero el llamado de la iglesia es servir a este mundo que la persigue (13-16). "Este tiene que ser tu único desquite, expresó Rudolf Stier,"—amor y verdad para el odio y las mentiras' Por increíble que parezca, Jesús se refirió a ese puñado de aldeanos de Palestina como la sal de la tierra y la luz del mundo, tan largo alcance tendría su influencia. Es también una notable providencia de Dios que en este Evangelio, el más judío de los cuatro, haya tal alusión a toda la tierra, al poder bienhechor mundial de los seguidores de Cristo.

Para definir la naturaleza de la influencia que ellos tendrían, Jesús recurrió a dos metáforas tomadas de la vida hogareña. Todo hogar, aunque fuera pobre, usaba y todavía usa sal y luz. Durante su propia niñez Jesús tuvo que haber observado a menudo a su madre usando sal en la cocina y poniendo luz a los candeleros cuando caía el sol. La sal y la luz eran artículos indispensables en el hogar Varios comentaristas citan el dicho de Plinio de que nada es más útil que "la sal y la luz del sol* (sale et sole). La necesidad de luz es obvia. la sal, por otra parte, tuvo variedad de usos. Fue tanto condimento como preservados Parece haber sido reconocida desde tiempo inmemorial como un componente esencial de la dieta humana y como sazonador o condimento de los alimentos: "¿Se comerá lo desabrido sin sal?" Sin embargo, en particular, en los siglos anteriores a la invención de la refrigeración, se la usó para conservar la carne intacta y preservarla de la descomposición. De hecho, aún se usa para ello. H.V. Morton ha descrito la manera de hacer "biltong", la carne seca de Sudáfrica: "La carne, una vez que se ha cortado y preparado del tamaño requerido, se frota bien con sal gruesa». Si se cura adecuadamente, se conservará por tiempo indefinido • La verdad básica que descansa detrás de estas metáforas y es común a ambas es que la iglesia y el mundo son comunidades diferentes. Por una parte existe "la tierra" por la otra "vosotros" que sois la sal de la tierra. Por una parte existe "el mundo"; por la otra "vosotros" que sois la luz del mundo. Ciertamente, las dos comunidades ("ellos* y "vosotros") se relacionan entre sí, pero su relación depende de su distinción. Es importante afirmar esto con claridad en nuestra época en la que está teológicamente de moda borrar la distinción entre la iglesia y el mundo, y referirse indiscriminadamente a toda la humanidad como “el pueblo de Dios”.

Además, las metáforas nos dicen algo sobre ambas comunidades. El mundo evidentemente es un sitio oscuro, que tiene por sí mismo poca luz o ninguna, puesto que se necesita una fuente de luz externa para iluminarlo. El mundo también manifiesta una tendencia constante al deterioro. El concepto no es que el mundo sea desabrido y los cristianos lo pueden hacer menos insípido. ("La idea de hacer al mundo sabroso para Dios es enteramente imposible de concebir"), sino que está corrompiéndose. No puede por sí mismo interrumpir el proceso de descomposición. Sólo la sal que se introduce desde el exterior puede hacer esto. La iglesia, por otro lado, ha sido colocada en el mundo para desempeñar un doble rol: como sal detiene —o cuando menos obstaculiza— el proceso de corrupción social, y como luz disipa las tinieblas.

Cuando observamos más de cerca ambas metáforas, vemos que han sido deliberadamente formuladas para ser mutuamente paralelas. En cada caso, Jesús hace primero una afirmación ("Vosotros sois la sal de la tierra" "Vosotros sois la luz del mundo"). Luego, hace un aditamento, la condición de la cual depende la afirmación (la sal debe retener su sabor, a la luz debe permitírsele brillar). La sal no sirve para nada si pierde su salazón; la luz no sirve para nada si se la oculta.

1. La sal déla tierra (13)

La afirmación es franca: Ustedes son la sal de este mundo (VP). Esto significa que, cuando cada comunidad es ella misma y es fiel a ella misma» el mundo se corrompe como carne o pescado putrefacto, en cuanto que la iglesia puede obstaculizar esa corrupción.

Por supuesto. Dios ha puesto otras influencias de contención en la comunidad. En su gracia común él mismo ha establecido ciertas instituciones que refrenan las tendencias egoístas del hombre e impiden que la sociedad caiga en la anarquía. Entre éstas las principales son el estado (con su autoridad para formular y hacer cumplir las leyes) y el hogar (que incluye el matrimonio y la vida familiar). Estos ejercen una influencia saludable en la comunidad* No obstante. Dios pretende que el más poderoso de todos los restrictores dentro de la sociedad pecadora lo constituya su propio pueblo redimido, regenerado y justo. Como R.G.V. Tasker lo escribió, los discípulos deben "ser el desinfectante moral en un mundo donde las normas morales son bajas, están en constante cambio, o no existen"
La efectividad de la sal, sin embargo, es condicional: tiene que retener su facultad de salar. Ahora bien, estrictamente hablando, la sal nunca puede perder su capacidad de salar. Entiendo que el cloruro de sodio es un compuesto químico muy estable, que resiste casi a cualquier ataque. No obstante, puede contaminarse si se mezcla con impurezas, y entonces se vuelve inútil y hasta peligroso. La sal no salada no sirve siquiera como estiércol, en compuestos de abonos o fertilizantes. El Dr. David Turk me ha sugerido que lo que se llamaba popularmente "sal" en aquella época era en efecto, un polvo blanco (quizás de los alrededores del Mar Muerto) que, aunque contenía cloruro de sodio, también contenía muchas cosas más, ya que, en aquellos días, no existían las refinerías. El cloruro de sodio fue probablemente la parte más soluble de este polvo y por tal razón la más fácil de eliminar. El residuo de polvo blanco aun se veía como sal, y sin duda aún se lo llamaba sal, pero ni tenía el sabor ni actuaba como tal. No era más que polvo del camino.
Así también el cristiano. 'Tened sal en vosotros mismos", dijo Jesús en otra ocasión.* La sazón cristiana es el carácter cristiano tal cual se lo describe en las bienaventuranzas, discipulado cristiano comprometido, ejemplificado tanto en palabras como en obras. El cristiano, para ser efectivo, debe retener su semejanza con Cristo, de la misma manera que la sal debe conservar su capacidad de salar Si los cristianos se ajustan social y culturalmente a los no cristianos y se contaminan con las impurezas del mundo, pierden su influencia. La influencia de los cristianos en y sobre la sociedad depende de que sean distintos, no idénticos. El Dr. Lloyd-Jones hace hincapié en esto: "La gloria del evangelio es que cuando la Iglesia es completamente distinta del mundo, nunca deja de atraerlo. Entonces hace que el mundo escuche su mensaje, si bien al comienzo quizás lo odie" De otro modo, si nosotros los cristianos no nos distinguimos de los no cristianos, no servimos para nada. Podemos también ser desechados como sal insípida, "echada fuera y hollada por los hombres" "¡Pero qué descenso", comenta A.B. Bruce, "de ser los salvadores de la sociedad a proveer materiales para sendas de peatones".

2. La luz del mundo (14-16)

Jesús introduce su segunda metáfora con una afirmación similar: Vosotros sois la luz del mundo. En verdad, más tarde diría, Yo soy la luz del mundo Pero nosotros lo somos también por derivación, brillando con la luz de Cristo, brillando en el mundo como estrellas en el cielo nocturno-" A veces pienso qué maravilloso sería que los no cristianos, curiosos por descubrir el secreto y la fuente de nuestra luz,se nos acercaran e inquirieran:

Titila, titila, estrellita 
¡Me pregunto qué eres!

(tr. literal de rima popular)

Jesús aclara lo que es esta luz diciendo que se trata de nuestras "buenas obras" Dejad que los hombres vean vuestras buenas obras* dijo, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos, porque es por esas buenas obras que nuestra luz va a alumbrar.

Parece ser que "buenas obras" es una expresión general que abarca todo lo que un cristiano dice y hace porque es cristiano, cualquier manifestación externa y visible de su fe cristiana. Puesto que la luz es un símbolo bíblico común de la verdad, la luz brillante del cristiano seguramente tiene que incluir su testimonio hablado. Así, la profecía del Antiguo Testamento de que el Siervo de Dios sería "luz de las naciones" se cumple no sólo en Cristo mismo, la luz del mundo, sino también por medio de los cristianos que dan testimonio de Cristo." La evangelización debe contarse como una de las "buenas obras" por medio de las cuales nuestra luz alumbra y nuestro Padre es glorificado.

Lutero estaba en lo cierto al poner el acento en esto, pero se equivocó (creo) al hacerlo la referencia exclusiva. "Mateo no tiene en mente las obras ordinarias que la gente debería hacer el uno por el otro motivadas por el amor... Más bien está pensando principalmente en la obra distintivamente cristiana de enseñar correctamente, de acentuar la fe, y de mostrar cómo fortalecerla y preservarla; es así como testificamos que somos realmente cristianos". Continúa en su comentario trazando la distinción entre la primera y la segunda tabla del decálogo, es decir, los diez mandamientos que expresan nuestro deber para con Dios y para con nuestro prójimo. "Las obras de que hablamos ahora tienen que ver con los primeros tres grandes mandamientos, que pertenecen al honor, al hombre y a la Palabra de Dios". Es sano que se nos recuerde que creer, confesar y enseñar la verdad son también "buenas obras" que dan evidencia de nuestra regeneración mediante el Espíritu Santo." Sin embargo, no tenemos que limitarlas a esto. "Buenas obras" son obras de amor al igual que de fe. Expresan no sólo nuestra lealtad a Dios, sino también nuestro interés por nuestros congéneres. Ciertamente el significado primordial de "obras" tiene que ser práctico, obras visibles de compasión. Es cuando la gente vea ese tipo de obras, dijo Jesús, que glorificará a Dios, porque ellas encarnan las buenas nuevas de su amor que nosotros proclamamos. Sin ellas nuestro evangelio pierde su credibilidad y nuestro Dios su honor.

Como sucede con la sal, también con la luz la afirmación va seguida de una condición: Así alumbre vuestra luz delante de los hombres. Si la sal puede perder su sabor, la luz que está en nosotros puede convertirse en tinieblas." Pero debemos permitir que la luz de Cristo que está dentro de nosotros alumbre hacia afuera, de modo que la gente la pueda ver. No debemos ser como un pueblo o aldea colocada en un valle cuyas luces se ocultan de nuestra vista, sino como una ciudad asentada sobre un monte que no se puede esconder y cuyas luces son vistas claramente a kilómetros de distancia. De nuevo, debemos ser como una lámpara encendida, "antorcha que ardía y alumbraba" como lo fue Juan el Bautista,: que se pone sobre el candelero en una posición prominente en la casa para que alumbre a todos los que están en casa, y no se mete"bajo un cajón" (VP) o se esconde "en un tiesto" (LA), donde no sirve para nada.

Es decir, como discípulos de Jesús, no debemos ocultar la verdad que sabemos ni la verdad de lo que somos. No debemos fingir ser otros que quienes somos, sino desear ser visibles a todos a causa de nuestro cristianismo. "Huir a la visibilidad es negar el llamamiento. La comunidad de Jesús que quiere ser invisible deja de seguirle". Más bien debemos ser nosotros mismos, nuestro verdadero ser cristiano, viviendo abiertamente la vida que se describe en las bienaventuranzas y sin avergonzarnos de Cristo. Entonces la gente nos verá y verá también nuestras buenas obras, y viéndonos glorificará a Dios. Porque inevitablemente reconocerá que es por la gracia de Dios que somos lo que somos, que nuestra luz es su luz, y que nuestras obras son sus obras hechas en nosotros y a través de nosotros. Así, ellos alabarán la luz, no la lámpara que la lleva; es a nuestro Padre que está en los cielos a quien ellos glorificarán, no a los hijos que él ha engendrado y que muestran un cierto parecido familiar. Ni siquiera aquellos que nos ultrajan podrán dejar de glorificar a Dios por la misma justicia por causa de la cual nos persiguen (10-12).


3. Lecciones que se aprenden

Las metáforas de sal y luz que usó Jesús tienen mucho que enseñarnos sobre nuestras responsabilidades cristianas en el mundo- Sobresalen tres lecciones,

a. Hay una diferencia fundamental entre los cristianos y los no cristianos, entre la iglesia y el mundo.

Es cierto que algunos no cristianos adoptan una apariencia engañosa de cultura cristiana. Algunos cristianos profesantes» por otro lado no parecen distinguirse de los no cristianos y de tal modo niegan su nombre de cristianos por su comportamiento no cristiano. No obstante» la diferencia esencial permanece. Podemos decir que son tan diferentes como la liza del queso, Jesús dijo que son tan diferentes como la luz de las tinieblas» tan diferentes como la sal de ta corrupción y la enfermedad. No servimos a Dios» ni a nosotros mismos» ni al mundo al tratar de borrar o siquiera de minimizar esta diferencia.

Este tema es básico en el Sermón del Monte. El Sermón se construye bajo el supuesto de que los cristianos son diferentes» y nos lanza un llamado a ser diferentes. Probablemente la mayor tragedia de la iglesia durante toda su larga y variada historia ha sido su constante tendencia a conformarse a la cultura reinante en vez de desarrollar una contracultura cristiana.

b. Tenemos que aceptar la responsabilidad que esta distinción coloca sobre nosotros.

Cuando reunimos la afirmación y la condición de cada metáfora nuestra responsabilidad se destaca. En la frase griega cada afirmación con el pronombre enfático "vosotros" que es tanto como decir» "vosotros y solamente vosotros" sois la sal de la tierra y la luz del mundo, Y por lo tanto —la condición sigue con inexorable lógica— simplemente no debéis fallarle al mundo al que sois llamados a servir Vosotros tenéis que ser lo que sois. Vosotros sois sal» y por eso tenéis que retener vuestra sazón y no perder vuestro sabor cristiano. Vosotros sois luz, y por eso tenéis que dejar que vuestra luz alumbre y no ocultarla de ningún modo» ya sea por el pecado o por componendas» por pereza o por temor.

Este llamado a asumir nuestra responsabilidad cristiana, debido a lo que Dios nos ha hecho y dónde nos ha colocado, es particularmente pertinente para los jóvenes que se sienten frustrados en el mundo moderno. Los problemas de la comunidad humana son tan grandes, y ellos se sienten tan pequeños, tan débiles, un ineficaces. "Alienación"—un término popularizado por Marx— es la palabra comúnmente usada hoy para describir estos sentimientos de frustración.

¿Qué mensaje tenemos, entonces, para tales personas que se sienten estranguladas por "el sistema" aplastadas por la máquina de la tecnocracia moderna, abrumadas por las fuerzas políticas, sociales y económicas que las controlan y sobre las cuales no tienen control? Se sienten víctimas de una situación que son impotentes de cambiar. ¿Qué pueden hacer? En el terreno de esta frustración se están cultivando los revolucionarios, dedicados al derrocamiento violento del sistema. Y exactamente del mismo terreno pueden surgir los revolucionarios de Jesús, activistas igualmente dedicados —incluso más— pero comprometidos más bien a extender su revolución de amor, gozo y paz. Y esta revolución pacifica es más radical que cualquier programa de violencia, tanto porque sus normas son incorruptibles como porque cambia personas tanto como estructuras, ¿Hemos perdido nuestra confianza en el poder del evangelio de Cristo? Entonces escuchemos a Lutero: "Con su sola palabra puedo ser más desafiante y jactancioso que ellos con todo su poder, espadas y fusiles.

¡Así que no estamos desvalidos e impotentes después de todo! Porque tenemos a Jesucristo, su evangelio, ideales y poder, y Jesucristo es toda la sal y luz que este mundo tenebroso y putrefacto necesita. Pero debemos tener sal en nosotros mismos, y debemos dejar que nuestra luz alumbre.

c. Tenemos que ver nuestra responsabilidad cristiana como una responsabilidad doble

"La sal y la luz tienen algo en común: se dan y se gastan —y así son lo opuesto de todo tipo de religiosidad centrada en uno mismo" No obstante» el tipo de servicio que cada uno presta es diferente. De hecho, sus efectos son complementarios. Ia función de la sal es en gran parte negativa: impide la corrupción. La función de la luz es positiva: ilumina las tinieblas.

Así Jesús llama a sus discípulos a ejercer una doble influencia en la comunidad secular, una influencia negativa al detener su corrupción y una influencia positiva al llevar luz a sus tinieblas. Porque una cosa es detener la extensión del mal; y otra es promover la difusión de la verdad, la belleza y la bondad.

Reuniendo las dos metáforas, parece legítimo discernir en ellas la relación justa entre evangelización y acción social en la misión total de Cristo en el mundo —relación que deja perplejos a muchos creyentes hoy. Somos llamados a ser tanto sal como luz para la comunidad secular.

Tomemos en primer lugar nuestra vocación de ser sal. El apóstol Pablo, al final del primer capítulo de su carta a los Romanos pinta un retrato siniestro de lo que sucede cuando la sociedad (por temor al mal) suprime la verdad que conoce por medio de la naturaleza. Se deteriora. Sus valores y normas constantemente declinan hasta que se vuelve totalmente corrupta. Cuando los hombres rechazan lo que conocen de Dios» Dios los abandona a sus propias nociones distorsionadas y pasiones pervertidas, hasta que ta sociedad hiede ante las fosas nasales de Dios y de toda la gente buena.

Ahora bien, los cristianos han sido colocados por Dios en la sociedad secular para impedir este proceso. Dios nos destinó para penetrar en el mundo. La sal cristiana no tiene derecho a quedarse apretujada en elegantes sálenlos eclesiásticos; nuestro lugar está en medio de la comunidad secular, frotándonos con ella como la sal se frota con la carne para evitar que se eche a perder. Y cuando la sociedad se echa a perder» nosotros los cristianos tendemos a elevar nuestras manos en horror pío y hacer reproches al mundo no cristiano; pero ¿no deberíamos más bien reprocharnos nosotros mismos? Difícilmente se puede culpar a la carne que no ha sido salada por echarse a perder Ella no puede hacer nada más. La pregunta real que debe hacerse es: ¿dónde está la sal?

Jesús estaba enseñando en algún sitio cercano al mar de Galilea. A menos de ciento sesenta kilómetros al sur el río Jordán desemboca en otro mar, el Mar Salado, tan salado que está muerto. En la ribera occidental de ese mar vivía en aquella época una Comunidad del Mar Muerto, cuya biblioteca de rollos causó gran sensación cuando fue accidentalmente descubierta hace pocos años. Era una comunidad monástica de esenios que había escapado del mundo malo. Se autodenominaron 'los hijos de la luz" pero no dieron pasos para que su luz alumbrara, y en su ghetto su sal fue tan inútil como lo era en las costas del mar cercano. ¿Es posible que Jesús estuviese pensando en ellos? W.D. Davies cree que Jesús echó "una mirada de soslayo" en dirección a ellos." Es una conjetura atrayente.

¿Qué significa en la práctica ser sal de la tierra? Para comenzar, nosotros» el pueblo cristiano, debemos ser más valientes» más francos en condenar el mal. Sin duda, la condenación es una acción negativa» pero también lo es la acción de la sal. En ocasiones las normas son flojas y resbaladizas en una comunidad a falta de una clara protesta cristiana. Lutero subraya esto, enfatizando que la denuncia y la proclamación van de la mano cuando se predica verdaderamente el evangelio: "Al salar se tiene que provocar comezón. Aunque nos critiquen como provocadores de comezón» sabemos que así es como tiene que ser y que Cristo ha ordenado queja sal sea aguda y continuamente cáustica... Si deseáis predicar el evangelio y ayudar a las personas, tenéis que ser sal aguda que se frote en sus heridas» mostrar el lado opuesto y denunciar lo que no está bien... La sal real es la exposición verdadera de las Escrituras» que denuncia a todo el mundo y no deja que nada permanezca salvo la fe sencilla en Cristo”.

Helmut Thielicke recoge este mismo tema de la cualidad necesariamente cortante y "picante" del verdadero testimonio cristiano. Al ver a algunos cristianos» dice, "uno creería que su ambición es ser los tarros de miel del mundo. Endulzan y azucaran la amargura de la vida con una concepción excesivamente fácil de un Dios amante... Pero Jesús» por supuesto, no dijo “Vosotros sois la miel del mundo”. Dijo, Vosotros sois la sal de la tierra. La sal produce picazón» y el mensaje no adulterado del juicio y la gracia de Dios ha sido siempre algo que pica.

Y al lado de esta condenación de lo que es falso y malo, deberíamos tomar nuestra postura temeraria a favor de lo que es verdadero, bueno y decente, sea en nuestro vecindario, en nuestra universidad, profesión o negocio, o en la esfera más amplia de la vida nacional, incluyendo los medios de información.

La sal cristiana entra en vigor por medio de hechos tanto como por medio de palabras- Ya hemos visto que Dios ha creado el estado y la familia como estructuras sociales para contener el mal y promover el bien. Y los cristianos tienen la responsabilidad de vigilar que estas estructuras no sólo se preserven sino que también operen con justicia. Demasiado a menudo los cristianos evangélicos han interpretado su responsabilidad social únicamente en términos de ayudar a las víctimas de una sociedad enferma, y no han hecho nada para cambiar las estructuras que provocan esas víctimas. Del mismo modo que los doctores están interesados no sólo en el tratamiento de sus pacientes sino también en la medicina preventiva y en la salud pública, deberíamos interesarnos en lo que podría llamarse medicina preventiva social y normas más altas de higiene moral.

Por muy pequeña que pueda ser nuestra parte, no podemos elegir otra cosa que buscar la creación de mejores estructuras sociales, que garanticen justicia en la legislación y la ejecución de la ley, la libertad y dignidad del individua derechos civiles para las minorías y la abolición de la discriminación racial y social. No deberíamos despreciar estas cosas ni eludir nuestra responsabilidad para con ellas. Son parte del propósito de Dios para su pueblo. Dondequiera que los cristianos son ciudadanos conscientes, están actuando como sal en la comunidad. Como lo dijo Sir Frederick Catherwood en su contribución al simposio “revolution change”. Tratar de mejorar la sociedad no es mundanidad sino amor. Lavarse las manos de la sociedad no es amor sino mundanalidad".

Pero los seres humanos caídos necesitan más que barricadas para que cesen de volverse tan malos como pueden. Necesitan regeneración, nueva vida por medio del evangelio. De ahí nuestra segunda vocación de ser "la luz del mundo'* La verdad del evangelio es la luz, contenida ciertamente en frágiles lámparas de arcilla, pero que brilla a través de nuestra misma constitución arcillosa con la más clara luminosidad. Somos llamados a difundir el evangelio y a enmarcar nuestro estilo de vida de manera que sea digno del evangelio.

De modo que, nunca debemos colocar nuestras dos vocaciones de ser sal y luz» nuestras responsabilidades cristianas social y evangelística, una contra la otra como si tuviéramos que escoger entre ambas. Tampoco debemos exagerar una de ellas, ni desacreditar alguna a expensas de la otra. Ninguna puede ser un sustituto de la otra. El mundo necesita de ambas. Es malo y necesita sal; está oscuro y necesita luz. Nuestra vocación cristiana es ser ambas cosas. Jesucristo lo dijo así, y eso debería bastarnos.

En los Estados Unidos uno de los ministerios descritos como emparentado con el llamado "Movimiento de Jesús" se conoce como el "Hogar del Poder y la Luz de Jesucristo" Se trata de una comuna cristiana en Westwood, administrada por Hal Lindsey y Bill Counts, quienes dan enseñanza bíblica a los residentes. "Luz y Poder" es una linda combinación, y ambos se encuentran en Jesucristo. Pero ¿cuándo habrá alguien en Estados Unidos que establezca una "Compañía incorporada de la sal y la luz de Jesucristo"?

En el Reino Unido ha surgido en los últimos años un movimiento casi espontáneo conocido como el "Festival de la Luz" Doy gracias a Dios por el testimonio valiente y entusiasta de los jóvenes (como lo son en su mayoría) que pertenecen a él. Se esfuerzan por combinar una protesta contra la pornografía y una campaña a favor de la ley moral de Dios en la vida pública, con un testimonio claro de Jesucristo. Quizás deberla volverse en forma aun más consciente, un "Festival de la Sal y la Luz”.

En todo caso, no tenemos que avergonzarnos de nuestra vocación de ser tanto sal como luz, o seremos culpables de separar lo que Jesús ha unido. El carácter del cristiano, según se describe en las bienaventuranzas» y la influencia del cristiano, según se define en las metáforas de sal y luz, están relacionados orgánicamente entre si. Nuestra influencia depende de nuestro carácter Pero las bienaventuranzas establecen una norma sumamente alta y exigente. Puede ser Útil, por lo tanto, como conclusión a este capitulo, volver a mirar ambos párrafos y fijarse en los incentivos a la justicia que da Jesús.

En primer lugar, ésta es la forma en que nosotros mismos seremos bienaventurados* Las bienaventuranzas identifican a los que Dios declara "bienaventurados", los que le agradan y los que encuentran satisfacción en sí mismos. La bienaventuranza verdadera se encuentra en lo bueno, y en ninguna otra parte.

En segundo lugar, ésta es la forma en que se servirá mejor al mundo. Jesús ofrece a sus seguidores los inmensos privilegios de ser sal y luz del mundo sólo si viven de acuerdo con las bienaventuranzas.

En tercer lugar, ésta es la forma en que Dios será glorificado. Aquí, en los comienzos de su ministerio Jesús dice a sus discípulos que si dejan que su luz alumbre de modo que se vean sus buenas obras, su Padre que está en los cielos será glorificado. Al final de su ministerio, en el aposento alto, él expresaría la misma verdad en términos similares: "En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.

Esto es, entonces lo deseable de la vida buena a semejanza de Cristo y» por tanto de la contracultura cristiana. Nos trae bendición a nosotros mismos, salvación a otros y por último, gloria a Dios.

lunes, 1 de septiembre de 2014

Áreas de servicio en nuestra Iglesia

Objetivo del módulo:


Llegar a tener bases bíblicas y teológicas del porqué en nuestra iglesia los ministerios son incluyentes y parte de todo el cuerpo de Cristo.
Tener pleno conocimiento de que somos parte importante de un cuerpo y que nuestra función colabora en la sinergia de la finalidad con la que Dios planeo a su Iglesia.
Comprender la armonía que se da entre talento, dones espirituales y ministerios dentro de nuestra iglesia.
Visualizar a nuestra iglesia local y su áreas de servicio incrustada en la iglesia universal de Cristo.


Clase 1.

La iglesia formada por ministros (servidores) del Reino de Dios.


1.1. El que ministra es el que sirve.

Usaremos en este módulo la palabra servidores como sinónimo de la palabra ministro.

Etimología de la palabra ministro.
El vocablo "ministro" viene del latín "minister" y este, a su vez, del adverbio "minus" que significa "menos" o "menos que". En la antigua Roma, el "ministro" era el sirviente.

De acuerdo a esta definición. ¿Cuál es la diferencia entre la manera moderna en que se entiende “ministro”, tanto en el ámbito eclesial como de servicio público al sentido original de la palabra?


1.2 Pablo se presenta como siervo de Jesucristo a los romanos.

Romanos 1.1 al 7
Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios, que él había prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras, acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne, que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos, y por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre; entre las cuales estáis también vosotros, llamados a ser de Jesucristo; a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.


El título con que se presenta Pablo a esto cristianos que esta por conocer, en el  idioma que escribe; es muy interesante usa el termno griego δοῦλος, doúlos. que traducido directamente sería esclavo.

¿Cuáles cree que son las  posibles razones para que Pablo se presente así, con este título; ante los cristianos del primer siglo?




Si Pablo se considera un esclavo, ¿quién es su Señor? y ¿a que Reino pertenece?




1.3. Relación de la Iglesia con el Reino de Dios.

La iglesia no es Reino de Dios sino la creación o expresión concreta y palpable del reino en la historia. El reino existió aun antes que la iglesia existiera y existirá después de que la Iglesia haya cumplido su función. Cuando Dios quizo mostrarles a los hombres en forma invisible y concreta cómo sería su gobierno, su reino, estableció la Iglesia en el mundo. Rene Padilla en su libro, El Reino de Dios y América Latina, escribe:
"La iglesia es la expresión de la soberanía universal de Jesucristo, la manifestación concreta del Reino de Dios. Que Jesús es 'Señor de todo' significa, no sólo que es soberano sobre todos los hombres, sino que ya en el presente otorga las bendiciones del Reino de Dios a todos los que invocan su nombre. Que él es "cabeza sobre todas las cosas" es importante porque como tal ha sido dado a la iglesia, a fin de que ésta sea llena de plenitud. Como el Señor exaltado, cuya autoridad se extiende a todo el universo, él ha provisto a su pueblo de dones que hacen posible su crecimiento como una unidad orgánica, a fin de alcanzar el modelo de humanidad representado por él."

Según este autor, ¿qué es la Iglesia y qué significa que Jesús sea su Señor?




1.4 La Iglesia como colonia del reino
Juan E. Huegel nos cuenta de las colonias romanas lo siguiente:  En los tiempos del Imperio Romano el gobierno central de Roma acostumbraba establecer colonias para mantener su influencia y control en los países subyugados. La colonia se organizaba y vivía bajo las normas del imperio. Los residentes de las ciudades fundadas o elevadas a colonias romanas, aun en los lugares más apartados del imperio, eran ciudadanos romanos con todos los privilegios y responsabilidades. Además, su estilo de vida reflejaba el de los residentes de la capital.
A pesar de que la figura de la iglesia como colonia del reino puede tener asociaciones negativas con el colonialismo moderno, la analogía es útil para ayudarnos a entender la relación entre el reino y la iglesia. La iglesia se organiza y vive como las normas del reino lo señalan. Los miembros de la iglesia, creyentes en Jesucristo, son ciudadanos del reino con todos sus privilegios y responsabilidades. El estilo de su vida, refleja el estilo de la vida que impera en el reino.
Según este autor, ¿en qué sentido es la iglesia colonia del reino?


1.5 Resumen

Howard A. Snyder, en su libro La Comunidad del Rey, resume la tarea de la iglesia de la siguiente manera:
"La tarea de la iglesia, entonces, y su lugar en el designio cósmico de Dios es, primero, ser genuinamente la comunidad redimida, mesiánica y, luego, hacer las obras de Dios y continuar las obras de Jesús. Al ser verdaderamente la comunidad de los discípulos de Jesús, la Iglesia se compromete a un patrón de vida corporativa y a una forma de relacionarse el uno con el otro, que es un rechazo de,y por lo tanto un desafío a, las estructuras sociales y políticas de este mundo."
Según este autor, ¿cuál es la tarea central de la iglesia?



1.6 Reflexión y discusión sobre nuestra iglesia.

Si la iglesia es la manifestación concreta del Reino de Dios, debiera mostrar las características del Reino en su vida diaria. Anote algunos aspectos de la vida de la iglesia que se parezcan al Reino y algunas que no son del Reino.
Recuerde quién es la iglesia y que esta reflexión y análisis es con el propósito de llegar al objetivo de enseñar     que se debe mejorar en la tarea a la cual hemos sido llamados.

Clase 2.

La iglesia como cuerpo de Cristo.


2.1 La sinergia en el cuerpo de Cristo
Sinergia significa cooperación, y es un término de origen griego, συνεργία (synergía), que significa trabajando en conjunto. La sinergia es un trabajo o un esfuerzo para realizar una determinada tarea muy compleja, y conseguir alcanzar el éxito al final.
En la fisiología o en la biología, la sinergia es el acto en el que varios órganos o músculos se mueven con el mismo fin, con el mismo objetivo.
De acuerdo a esta definición. ¿cómo se aplica a la iglesia de Cristo?




2.2  El concepto de la iglesia como cuerpo de Cristo:

Conteste las siguientes preguntas estudiando las correspondientes citas para entender lo que significa que la iglesia sea el cuerpo de Cristo; Efesios 1.22 y 23
…. y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
Según Efesios 1.22 y 23, ¿qué es la iglesia?
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¿Qué significa que la iglesia sea "la plenitud misma de Cristo" o "la plenitud de aquél que todo lo llena en todo"?
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Colosenses 1.17 al 20
Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.
¿Qué función tiene Cristo según Colosenses 1:18?
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En Romanos 12:4,5 y I de Corintios 12:12 -13 Pablo desarrolla el concepto de la iglesia como cuerpo de Cristo.
¿Cuáles son los puntos de comparación que hace entre la iglesia y un cuerpo?
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Según I Corintios, ¿cómo llegamos a ser miembros de ese cuerpo y qué medio nos une, estando en el cuerpo?
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2.3 Estudio detenidamente I de Corintios 12: 14.- 27.
En este pasaje Pablo desarrolla la analogía del cuerpo para tratar de presentar la solución a dos problemas.
Primero: en los v. 14-20 se ocupa del problema de aquellos cristianos en la iglesia de Corinto que se sentían inútiles porque creían que sus dones y funciones eran tan insignificantes que no tenían ningún valor.
¿Qué dice Pablo en estos versículos que les ayuda a estos miembros del cuerpo de Cristo?
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Segundo: en los w. 21-25 atiende el problema de los que despreciaban a los que tenían dones menos significativos. Éstos se sentían superiores a los demás porque tenían lo que creían eran dones más importantes.
Si la iglesia es el cuerpo de Cristo y nosotros miembros en particular de ese cuerpo, según I de Corintios 12:26 ¿qué consecuencias tiene esa verdad para nosotros?
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2.4.  La edificación del Cuerpo de Cristo

En Efesio¿ 4:11-16, Pablo enseña que la obra del ministerio es para la edificación del cuerpo de Cristo. Estudiaremos más acerca del ministerio en futuras unidades, aquí sólo conviene señalar que él aclara que esta edificación esta relacionada con el logro de la madurez en cada miembro (v. 13). Parece que los w. 14-16 son una explicación más amplia acerca del crecimiento de los miembros del cuerpo hacia la madurez. Estudie estos versículos y conteste las siguientes preguntas:
Según el v. 15, ¿cuáles son los dos elementos que contribuyen al crecimiento?
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La Versión Popular Dios Habla Hoy, traduce el versículo 16 de esta manera, "Y por Cristo todo el cuerpo está bien ajustado y ligado en sí mismo por medio de la unión entre todas sus partes; y cuando cada parte trabaja bien, todo va creciendo y desarrollándose en amor."
Según este versículo:
¿Qué hace Cristo por la Iglesia?
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¿Qué significa la frase, "cuando cada parte trabaja bien"?
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¿Qué sucede cuando esto ocurre?
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2.5. Resumen:
La iglesia es un organismo vivo:

Leamos lo que nos dice Juan E. Huegel sobre la sinergia:
Pero como hemos visto la iglesia no es una organización moderna ni una institución secular sino que es el cuerpo de Cristo, un organismo viviente. En un organismo hay una sola cabeza y la cabeza no delega responsabilidad, sino que está en íntima conexión con cada miembro del cuerpo. Cada miembro depende de la cabeza. La autoridad de la cabeza de un cuerpo estriba, no en su posición jerárquica, sino en su relación con los miembros, pues ella los cuida. Su función es proveer todo lo que el cuerpo necesita para crecer y coordinar las funciones de cada miembro para que funcionen en armonía con los demás miembros. Cada miembro mantiene una relación íntegra con el todo, el cuerpo. No hay unos miembros superiores y otros inferiores. Cada miembro participa de la vida de los demás miembros. Todos los miembros sufren cuando uno se se enferma, y comparten sus recursos con el necesitado.
La iglesia es un organismo viviente. Tiene una sola cabeza que es Cristo, y no varias cabecillas. Cristo no puede delegar su función pues dejaría de ser la cabeza. Se mantiene en íntima comunión con todos los miembros de su cuerpo. Su función es sostenerlo y proveer todo lo que el cuerpo necesite para crecer. Según el Nuevo Testamento (Efesios 4:12-16 y Colosenses 2:19), la iglesia crece internamente hacia la madurez cuando todos los miembros se edifican mutuamente unos a otros, sosteniéndose unos a otros y ministrando unos a otros. Este proceso de crecimiento sólo puede ocurrir en un ambiente de amor y unidad.

¿Cómo se distingue un organismo de una organización o institución?
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Si la iglesia es un organismo, ¿cuáles son sus características?
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2.6.  Reflexión y discusión sobre nuestra iglesia.

A la luz de lo que ha aprendido en esta unidad, ¿qué le respondería a un hermano que le dijera que se siente inútil en la iglesia?
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Analice su propia iglesia local, haciendo dos listas: una de las características que la hacen parecerse a una organización secular,y otra de las características que la hacen parecerse a un organismo vivo:
Organización:   
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Organismo:
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¿Qué podría hacer usted para que su iglesia funcionara más como un organismo?
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Clase 3.

Desarrollo de talentos, dones espirituales y ministerios en la iglesia

3.1 importancia de hacer una clara distinción entre talento, dones espirituales y ministerio.
Talento: Capacidad o aptitud para realizar una actividad concreta
Don espiritual: es una habilidad sobrenatural dada por Dios al creyente por medio del Espíritu Santo en el momento de su salvación.
Ministerio: Cuando ponemos nuestros talentos y Dones espirituales al servicio de los demás para cumplir con un trabajo especifico en la tarea de la iglesia.
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Después de leer las definiciones trate de escribir en sus propias palabras, qué son los talento, dones espirituales y ministerio y como se relaciones entre sí.

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3.2 La utilidad de los talentos en la iglesia.
Un talento es una capacidad natural ya sea heredado o adquirida a través de cultivarla con mucha dedicación.

¿Cuál sería entonces nuestra responsabilidad ante las necesidades la la comunica cristiana si nos sabemos con algún talento?
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3.3 Para quienes son los dones espirituales
Debemos recalcar que todo creyente en el Señor Jesucristo ha recibido por lo menos un don y probablemente varios, pero por el otro lado, ningún creyente los ha recibido todos. Es en la iglesia local donde se manifiesta un mayor número de dones, pues es allí donde se manifiestan los dones particulares de cada creyente, dándose así en el cuerpo todos o casi todos los dones.
En un sermón basado en Romanos 12:3 - 5, que intituló "El Cuerpo de Cristo Trabajando", comenta Stedman:
"Precisamente en este momento debemos comprender lo que Pablo nos enseña aquí: que somos miembros de un cuerpo, y que no se espera de un miembro del cuerpo hacer todo lo que el cuerpo hace. Existe una división de labores dentro de la Iglesia de Cristo y los demás miembros del cuerpo están también llenos del Espíritu y necesitan usar sus dones"... y "todos nosotros debemos descubrir la misma verdad - Dios nos da dones a todos, pero ninguno de nosotros tenemos todos los dones.”
Según Stedman, ¿para quienes son los dones espirituales?
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3.4 Cuál es la finalidad principal de un ministerio
Efesios 4.11 al 16
Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.

Juan A. Mackay, en su estudio de la epístola, escribe lo siguiente:
Los hombres a quienes Cristo les ha dotado especialmente, y los que se convierten en la Iglesia, tienen una tarea grande en común. Deben ejercitar su ministerio en 'forma tal que los "santos" lleguen a ser "perfectos", o "equipados", para que ellos también, en sentido no profesional pero sí efectivo, puedan llegar a ser "ministros". De este modo y sólo de esta manera se podrá levantar el Cuerpo de Cristo en toda su plenitud  (4:13).
Según este autor, ¿cuál es la finalidad principal de un ministerio?
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3.5 Resumen

Vemos lo que resume Juan E. Huegel el tema de los dones:
Observará que ninguna de las listas que Pablo presenta en los pasajes que estudiamos (Romanos 12:6 - 8; I Corintios 12:9 -11,27 - 31; Efesios 4:11) parece estar completa. Algunos dones mencionados en una lista no se encuentran en las otras. Además, algunos autores modernos encuentran otros dones mencionados en otras partes del Nuevo Testamento: I Corintios 7:7, el don de continencia sexual o el celibato; en I Corintios 13:3, el don del martirio; I Pedro 4:9, el don de la hospitalidad. Esto nos indica que debemos ser cautelosos y no tratar de formar una lista oficial de los dones. Posiblemente los apóstoles no mencionaron todos los que se manifestaban en la iglesia primitiva. Finalmente debemos tener cuidado de no tratar de hacer una clasificación rígida de los dones, pues el Nuevo Testamento no da lugar a hacerlo.
Parece que en la iglesia de Corinto había cierta predilección por los dones más espectaculares y Pablo se vio en la necesidad de entrar en una explicación de cuales serían en realidad los "mejores dones". Ya en las tres listas de los dones presentadas en I Corintios 12:8 - 10, 28 - 30, había colocado los dones más extraordinarios como sanidades, lenguas e interpretación de lenguas al final. En la conclusión a la primera parte de su exposición, en el v.31 había exhortado a los corintios a "Procurad, pues los mejores dones." El propósito de su exposición en el capítulo 14.1 - 33 es precisamente tratar de sentar las bases para los criterios para determinar los "mejores dones." Con este fin compara el don de la profecía con el don de lenguas.
Otro problema actual en cuanto a los dones es el énfasis individualista que se les ha dado, es decir, los dones se perciben como otorgados a creyentes individuales para su ejercicio en forma independiente de los demás. Pero cuando en el Nuevo Testamento se aborda este tema, siempre es en el contexto de la iglesia como cuerpo de Cristo, con miembros interconectados o interdependientes unos de otros. Y los dones se ejercitan unos y otros para mutua edificación de los miembros y servicio detodo el cuerpo.
La Versión Popular, Dios Habla Hoy, traduce Efesios  4.15y 16 de la siguiente manera:
"Más bien, hablando la verdad en un espíritu de amor, debemos crecer en todo hacia Cristo, que es la cabeza del cuerpo. Y por Cristo el cuerpo entero se ajusta y se liga bien mediante la unión entre sí de todas sus partes; y cuando cada parte funciona bien, todo va creciendo y desarrollándose en amor”.


 3.6.  Reflexión y discusión sobre nuestra iglesia.

¿Cuáles son los dones que cree haber recibido de Dios y como piensa que pueden ser usados en nuestra iglesia?
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Anexo uno:
Cinco Sugerencias para descubrir sus dones  Pedro Wagner, fuente: El libro “Los dones espirituales” , Editorial Clie


Primero. Estudie la Biblia… Lea los pasajes importantes y una y otra vez. Léalos en las diferentes versiones. Busque ejemplos en las vidas de los personajes de la Biblia en cuanto sus dones pueden que influyeran en sus acciones y en la realidad externa. Use toda clase de ayuda disponible, marque referencias y búsquelas hasta que se sienta familiarizado con lo que hay en ella.

Segundo. Aprenda cuál es la posición de su iglesia en cuanto a los dones. Como he dicho ya varias veces, no hay acuerdo universal en las iglesias y denominaciones en cuanto a qué dones son operantes hoy u cuáles no. No es probable que estas diferencias se resuelvan en nuestra generación.

Tercero. Lea extensamente. Nunca ha habido antes tanta literatura disponible sobre los dones espirituales.

Cuarto. Trate de relacionarse con personas que tengan dones. Busque y hable con otros cristianos que hayan descubierto, desarrollado y usen sus dones espirituales. ..

Quinto. Haga de los dones objeto de su conversación. Los cristianos contemporáneos han adelantado mucho la comprensión de los bienes espirituales, pero incluso así hay un gran número que todavía tienen dificultades a hablar de ellos con otros sin que les sea embarazoso.


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Anexo 2.

SIN EXCEPCIONES
Por Ray C. Stedman
El programa divino para alcanzar y cambiar este mundo tan estropeado siempre ha tenido que ver con la encarnación. Cuando Dios quiso visitar esta tierra para demostrar a la humanidad la nueva clase de vida que venía a ofrecerle, lo hizo encarnándose a sí mismo. Dios se hizo carne y habitó entre nosotros. Jesucristo fue la encarnación de Dios, es decir, Dios se reveló a los hombres en carne humana. Pero eso sólo fue el principio del proceso de la encarnación. Estaríamos en una gran equivocación si pensáramos que la encarnación terminó en el momento en que se acabó la vida humana de Jesús, porque la encarnación continúa todavía. La vida de Jesús aún se manifiesta entre los hombres, aunque ahora no por medio de un cuerpo humano, limitado a un lugar exacto de la tierra, sino por medio de un cuerpo complejo y corporativo llamado iglesia.
Abrid el libro de los Hechos en el Nuevo Testamento y hallaréis lo que su escritor, el Dr. Lucas, le cuenta a cierto joven llamado Teófilo sobre lo que le había contado en su primer escrito (el evangelio según Lucas):"... acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar." En su segundo escrito (el libro de los Hechos), el Dr. Lucas continúa narrando los hechos de Jesús entre los hombres, pero en esta segunda ocasión a través de su nuevo cuerpo, la iglesia. Por lo tanto, cuando la iglesia vive en y por el Espíritu, no es más ni menos que la extensión de la vida de Jesús en el mundo de cualquier época.
Este concepto es importantísimo. Lo que ocurrió en pequeña escala en Judea y Galilea hace veinte siglos, era como una muestra de lo que tenía que pasar en todo el mundo de hoy, penetrando todos los niveles de la sociedad y todos los aspectos de la vida humana. En el momento que los cristianos descubren esto se hacen mucho más efectivos, porque es estimulante y desafiante el redescubrir el modelo por el que Dios ha preparado a su iglesia para que influencie en el mundo. Por otra parte, no hay nada más patético y abortivo que una iglesia que no entiende este fascinante programa y lo sustituye por métodos de negocios, procedimientos de organización y se dedica a hacer política como medio para influenciar a la sociedad.
Miremos, pues, a este modelo tan interesante del trabajo a realizar que Pablo describe como el camino por el cual el cuerpo de Jesucristo penetra y cambia al mundo. Pablo ahora cambia de tema; deja de escribir la naturaleza de la iglesia y pasa a darnos las disposiciones dadas por el Espíritu Santo para cumplir con esta operación. Pablo dice: "Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo,, (Efesios 4:7).
En esta breve frase hay una referencia a dos cosas muy importantes: el don del Espíritu Santo para el ministerio dado a todo verdadero creyente sin excepción, y el nuevo y tremendo poder por el cual aquel don se puede poner en práctica. Debemos cuidar cuidadosamente ahora estos dos puntos en su correspondiente orden, pero empecemos con el don del Espíritu, al cual Pablo le llama aquí "gracia".
En el idioma original esta palabra es chatis, de la cual procede el vocablo "carismático". Esta "gracia" es una capacidad de servicio que le es dada a todo verdadero cristiano sin excepción y que nadie ha poseído antes de ser cristiano. El mismo Pablo, en el capítulo 3, versículo 8 de esta misma carta, se refiere a uno de estos dones que el poseía: "A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia... de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo."Ciertamente uno de sus dones era el de la predicación, o como se le llama en otras ocasiones, el don de la profecía. Cuando Pablo escribe a un joven, un hijo en la fe, Timoteo, usa una palabra muy relacionada con ésta, y le dice: "Por lo cual teaconsejo que avives el fuego del don (carisma) de Dios que está en ti..." 2a Timoteo 1:6.
No hay duda pues de que este es el punto donde la iglesia comenzaba con sus nuevos conversos. Cuando cualquier persona, por la fe en Jesucristo, pasaba del reino y del poder de Satanás al reino del amor de Dios, inmediatamente se le enseñaba que el Espíritu Santo de Dios no sólo le daba la vida de Jesucristo, sino que también le equipaba con un don o dones espirituales, de los que él era responsable de descubrir y de poner en práctica. El apóstol Pedro escribe a ciertos cristianos (Ia Pedro 4:10) y les dice: "Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios." Y en otra ocasión Pablo escribió en Ia de Corintios 12:7: "Pero a cada una le es dada la manifestación del Espíritu para provecho." Es muy significativo que en todos los lugares donde se describen los dones del Espíritu en las Escrituras, el énfasis recae en el hecho de que cada cristiano tiene, al menos, un don. Puede que ese don esté dormido, paralizado o simplemente sin usar. Es posible que no se sepa cuál es, pero ahí está pues el Espíritu Santo no hace excepciones al darle el equipo básico a cada creyente. Es vitalmente esencial que cada uno descubra el don o dones que posee, pues el valor de la vida de un cristiano estará determinado por el grado del uso del don que Dios le haya dado.